viernes, 29 de abril de 2022

Apertura. "La Dama Oscura". (V/4, M4). Canales Oscuras. Abril 2022




La reciente nevada en Gredos ha sido la más generosa de los últimos 4 años, sin embargo, estamos casi en mayo y los procesos de transformación, fusión y formación de hielo están muy condicionados por los días largos y calurosos. La semana transcurrida tras ella, por otro lado, ha sido rara, tormentas de lluvia, nieve y granizo, sol cálido y heladas poco potentes. A pesar de todo ello queremos intentar un proyecto que me lleva rondando la cabeza desde hace tiempo. En las Canales Oscuras del Almanzor, entre la Punta Carlos Soria y el Pilar del Purgatorio, se adivina una vertical canal, las curvas de nivel de los mapas la delatan, he ojeado la guía de escalada en roca de mi buen amigo David de Esteban Resino y también se intuye la posibilidad de progresar por ese recorrido en piolet tracción, es más, le he llamado y él también cree que hay opciones. Parece tan evidente que cuesta pensar que nadie se haya fijado ese objetivo, quizás por su lejanía, quizás porque no se ve desde ningún sitio, quizás porque llegar a su base es una auténtica aventura, no lo sabemos, pero para nosotros todas esas circunstancias, en vez de disuadirnos, nos sirven de aliciente. Hoy habrá rehielo, esa zona es una nevera y la canal está orientada al norte. Es el momento.

A las cuatro de la mañana iniciamos la larguísima aproximación, nieve a medio transformar que se alterna con nieve dura, costra y hielo, llegar a la Portilla del Crampón es un auténtico calvario que asumimos como necesario tributo, pero allí, de repente, todo cambia, nos equipamos y nos asomamos a unas Canales Oscuras con nieve dura, hay hielo en algunas paredes y, en esa sombra, empezamos a ver nuestro sol.

Destrepamos unos 200 metros por la Canal Oscura Derecha, flanqueamos a izquierdas y vemos la vía soñada: un encajonado corredor interrumpido por dos preciosos diedros helados, parece alcanzar la arista, luego, Dios dirá. Vamos a ello.

Hacia las Canales Oscuras.

Destrepando las Canales Oscuras.


L1: 60 m, 60°

Corredor encajonado y, en esta ocasión, muy cargado, se intuye un resalte central que está tapado. No nos encordamos pues las condiciones de la nieve son perfectas.

L1.

L1.

L2: 50 m, 4

El corredor se interrumpe por un diedro helado de unos 10 metros con muy buen hielo a 80°. Después continúa el corredor a 65°.

L2.

L2.

L2.

L3: 30 m, 3+, M4+

Donde termina el corredor aparece un segundo diedro, menos vertical pero con peor hielo,al que se accede por terreno mixto, el diedro alcanza la arista.

L3.

L3.

L3.

L3.

L4: 50 m, 65°, M4

Sucesión de pequeñas goulottes y pasos de mixto que, cabalgando sobre la cara este de la Punta Carlos Soria, alcanza su exigua cima.

L4.

L4.

L4.

Protección y reuniones de toda la vía con tótems, excepto la reunión final que hacemos lazando un bloque.

Abrazo final en una cima con un carácter alpino excepcional, rodeada de abismos, solo presenta una cargadísima arista nevada por la que descender hasta las palas que nos llevarán a la Portilla Bermeja. Recogemos las cuerdas y nos dirigimos hacia ella, hay una enorme acumulación de nieve sin transformar en esta zona y extremamos las precauciones ante posibles avalanchas. Atravesamos la portilla rompiendo una amenazadora visera y, por fin, tras bajar por la Canal Bermeja con nieve hasta las caderas, retomamos el recorrido de la aproximación. Queda sufrir la nieve pesada hasta Barrerones, vamos bastante tostados pero realmente contentos con este colofón para la temporada gredense.

En la cima.

Descenso.

Hacia la Bermeja.

Hacia la Bermeja.

A veces uno piensa en un nombre para una vía desde el momento en que comienza a barajar la posibilidad de abrirla, es el caso, se llamará La Dama Oscura. Creemos que se trata de una de las actividades más completas y exigentes de La Sierra, en un entorno áspero y alejado, con compromiso y donde, casi con total seguridad, estaremos siempre completamente solos.

Situación de la vía en foto aérea, arriba a la izquierda el Almanzor.

En rojo, parte de nuestro trazado sobre una foto de la guía de escalada en roca de Gredos de David de Esteban Resino.






viernes, 15 de abril de 2022

Apertura. "Diedro Lora-Callejo". (IV/4, M4). Ameal de Pablo. Abril 2022.

 



Tratando de exprimir al máximo la tardía nevada que nos ha alegrado el final de temporada, y confiando en la helada de radiación, Raúl y yo nos acercamos de nuevo a la cara noroeste (prácticamente norte) del Ameal de Pablo. Nos espera la segunda de las líneas que hemos imaginado para esta pared, la primera ya la abrimos Yaco y yo hace una semana.

El inicio es un marcado diedro que vemos muy justo pero blanco, el resto se ve bastante seco pero habrá que lucharlo. Decidimos hacer dos largos equitativos en dificultad para escalar los dos de primeros, pero esa distribución admite más posibilidades. La parte baja de la pared está muy cargada y los resaltes iniciales muy tapados con lo que en esa zona no se hace necesario el uso de cuerda.

Nos dirigimos a la base.

L1, 50 m, 3

Rampa con resaltes que accede a la base del diedro.

L2, 50 m, 4, M (hoy 4, M4+)

Comienza en un bonito diedro helado al que da continuidad una corta goulotte. La goulotte termina en un muro vertical pero que permite buenos gancheos para escalarlo en mixto, saliendo de él se alcanza una rampa de nieve pegada que lleva a los bloques del cordal.

Protección y reuniones en roca.

Raúl abriendo la primera parte del L2.

Santi abriendo la segunda parte del L2.

Decidimos bajar rapelando por el segundo largo y después destrepando, el rápel nos permite constatar la verticalidad de ese segundo largo.

Hasta luego Ameal.

Bonita vía, quizás algo más complicada que su paralela El Séptimo Cielo, y que con ella completa las posibilidades del alpinismo invernal en esta preciosa montaña. Esta cara noroeste, o casi norte, es una pequeña joya que había permanecido olvidada, ahora estas dos vías permiten, quizás en un mismo día de escalada, alcanzar esta emblemática cima de forma audaz y elegante.

Las dos vías de esta semana.




viernes, 8 de abril de 2022

Apertura. "El Séptimo Cielo". (IV/3+, M4). Ameal de Pablo. Abril 2022

 




Es el tercer y último día de esta ventana de tiempo anticiclónico tras las grandes nevadas. Hemos apostado por él para darle más tiempo de transformación a una vía de la que Raúl me ha hablado en ocasiones, recuerdo que comenzó preguntándome por las tres montañas más emblemáticas de Gredos, obviamente Almanzor y Galana acaparaban las dos primeras posiciones, tras unos momentos de duda me decanté por el Ameal de Pablo como tercera. Acto seguido me hizo reflexionar sobre el hecho de que yo nunca hubiera escalado en ella, la conversación acabó centrada en una elegante goulotte que, desde la parte izquierda de la cara noroeste, parecía alcanzar, de modo rectilíneo y con gran estética, la zona somital. Y ese es el objetivo que propongo a Yaco para esta ocasión.

Son poco más de las 6 cuando llegamos al refugio, está cerrado pero en la estancia de invierno nos encontramos con dos grandes, Braulio y Samuel, que han escalado los dos días anteriores y se preparan para bajar a la plataforma pues hoy no ven claras las condiciones. Nosotros perseveramos en nuestra idea y dos horas más tarde hacemos reunión al pie de la goulotte. Hemos ascendido la Canal de los Geógrafos y flanqueado la montaña por el sur. El viento es infernal y hay que ir rápidos, la gran carga de nieve nos ha permitido llegar hasta aquí sin sacar la cuerda por una rampa con algún resalte que, en condiciones habituales, hubiera supuesto un primer largo.

Hacia el pie de vía.

L1: 40 m. 65° (posible grado 3)

Rampa de nieve con algún resalte. Hoy sin cuerda, en otras condiciones el resalte central estimamos que le daría dificultad 3.

Primeros resaltes.

L2: 50 m. 3+, M4+(posible grado 3+, M)

Mantenida y estética goulotte que se abre paso por la pared en terreno hoy muy delicado. El hielo es precario y ocasionalmente pasa a ser nieve con tracción deficiente. Pocas posibilidades de proteger al no poder usar tornillos.
4 tótems no muy buenos por toda protección. Reunión con 3 tótems en fisura ideal sobre los bloques cimeros.

Inicio goulotte.

Goulotte.

Zona media.

Zona alta.

Ya viendo la salida.

Tras el apretón del largo, en el que el viento metía balas de nieve por todo el cuerpo e incluso en alguna ocasión dificultaba la visión, en la reunión final no se está del todo mal. Ha habido tensión, Yaco en la reunión inicial muerto de frío, y yo, con unos alejes y precariedad de los que ya no me acordaba. Vamos, de esas tiradas en las que, cuando llegas arriba, das un grito de desahogo con la adrenalina a mil.

La Galana, desde la cima.

Rapelamos por la Normal desde un clavo a cañón que ubicamos en la misma fisura de la reunión. Los 60 metros nos dejan a 10 del Collado de Punta Esperanza y proseguimos con un destrepe (protegido) bastante delicado. El sol nos ha hecho entrar en calor y recogemos material con tranquilidad.

La Normal.

Nos queda deshacer el largo camino de la aproximación, lo haremos tranquilos, hablando de nuestras cosas, por una nieve que se mantiene relativamente dura gracias (ahora sí gracias Eolo) al fuerte viento reinante.

El Ameal de Pablo nos despide.

El Séptimo Cielo. Los cinéfilos recordarán que es una película de 1927. Nuestra corta vía, acaba en un balcón aéreo, con unas vistas increíbles, como las de aquel séptimo piso, y aislado, también como en la película, del espacio hostil en el que hoy hemos escalado azotados por el viento.

"El Séptimo Cielo"


miércoles, 6 de abril de 2022

Apertura. "Anochecer". (IV/4+, M5+). Gutre Occidental. Abril 2022



Cuando todos pensábamos que la temporada gredense estaba terminada, un tren de borrascas de componentes sureste y suroeste ha dejado en Gredos la mayor nevada desde 2018. Pero estamos en abril, el juego de la estrategia alpina comienza a ser complicado, los días son largos, las heladas más débiles, y la amenaza de la lluvia está muy presente. 
Apurando estas circunstancias al límite, Raúl y yo nos vamos a Cinco Lagunas. Entre la gran clásica del Gutre Occidental, la Goldspell, y su joya más preciada, Amanecer, en la zona más vertical de la pared, pensamos que se puede trazar una línea. Es un objetivo ambicioso y de esos que merecen la espera de varios inviernos hasta que se alinean los astros. Creemos que puede ser el momento y un amanecer frío y ventoso nos recibe ya muy altos, cerca del vértice del Puntal de Lobos, en un día en el que hemos madrugado más de lo habitual. Nos equipamos, descendemos unos metros y flanqueamos bajo el Espolón Bajero. Se ven formadas casi todas las vías y todo hace presagiar que hoy es el día D.
Vemos el inicio de la línea perfectamente definido y hacemos la reunión inicial.

L1: 50 m. 4+/M4+

Larguísima goulotte que sigue el recorrido de un vertical diedro bajo los colmillos helados que la jalonan por su izquierda. Salida muy aérea en mixto delicado al hombro.

L1.

L1.

L1.

L2: 35 m. 3+, R

Largo de placa cubierta de nieve pegada con un resalte al inicio. Protección precaria y, en el estado en que encontramos la nieve, bastante delicado.

L3: 45 m. 4+/M5+

Vertical chimenea helada que requiere de pasos atléticos de mixto. Su interior es tan estrecho que exige salirse hacia la derecha hasta alcanzar el nevero superior.

L3.

L3.

L3.

L4: 55 m. 3+

Sucesión de goulottes que se van enlazando mediante flanqueos hacia la derecha hasta salir a las rampas finales.

L4.


L4.


L4.

L5: 25 m. 60°

Rampa final hasta el cordal.

L5.

Reuniones y protección de toda la vía en roca, con especial protagonismo de los fisureros.

Abrazo final y sensación de haber cumplido un viejo objetivo, ha salido una vía de más de 200 metros y con una dificultad muy mantenida, de lo mejorcito de Gredos pensamos. Recogemos el material y afrontamos un largo descenso en el que la nieve, relativamente dura en la aproximación, nos va a dificultar las cosas al haberse reblandecido con el tibio sol de abril.

Vuelta al sur.

Raúl comenzó su serie de aperturas en los Gutres con Amanecer, uno de los mitos gredenses, decidimos que nuestra recién nacida, paralela a ella por su izquierda, se llame Anochecer. Cosas de ese tiempo que pasa y que es tan relativo que permite que entre un amanecer y un anochecer transcurran nada más y nada menos que 12 años.