martes, 25 de febrero de 2020

Apertura. "Audaciam".(IV/3+, M). El Belesar. Febrero 2020.


Este invierno no se ha portado nada bien con Gredos y se ha escalado poco en sus sierras, sin embargo, no nos resistimos a creer que no se pueda hacer algo interesante, Raúl, con su olfato único de cazador de hielo, plantea un atractivo objetivo en un lugar donde no entra nunca el sol. Y allí nos vamos.

Son las 8 cuando ascendemos con rapidez un "Corredor Resino" duro como la piedra, ahí, a su izquierda, entre la roca oscura, se puede observar una sucesión de líneas y manchas de hielo que parece tener continuidad, luego desaparece en un laberinto de bloques. Habrá que atreverse a intentar descubrir si ese laberinto tiene salida.
Montamos la reunión inicial en roca y vamos a ello.

L1: 55 m/3
Gulot a 70° que se va encajonado hasta terminar en un resalte de un par de metros a 80°. Superado, un nevero a 60° lleva, en diagonal hacia la izquierda, al inicio de una cascada, en cuya base se hace reunión. Protección y reunión, como haremos en el resto de la vía, siempre en roca.

L1.

L1.

L1.
R1.

L2: 40 m/3+/M
Cascada no continua que permite avanzar traccionando de piolets y jugando con los pies entre roca y hielo. De modo muy vertical alcanza una estrechísima gulot que, a 75°, asciende con tendencia a la izquierda hasta salir a un aéreo espolón donde se hace reunión.

L2.

L2.

L2.

L2.

L3: 60 m/70°
Corredor que alcanza la cumbre con una inclinación que aumenta progresivamente hasta los 70°-75° de la cornisa.

L3.

L3.

Yaco, el autor de todas las fotos, saliendo del corredor.

Es llegar a este final y empezar a nevar, recogemos las cuerdas rápidamente y emprendemos un descenso que recuerda mucho a esas carreras de montaña que tan de moda se han puesto.

Hemos tenido el atrevimiento de asomarnos al final de esa agresiva gulot y la recompensa ha sido está preciosa vía que combinada con el Corredor Resino proporciona una escalada de unos 300 metros con enorme ambiente.

Y atrevimiento en latín es "Audaciam". 

sábado, 22 de febrero de 2020

"Goulotte Norte". (III/3). Espigüete. Febrero 2020


Desde aquellos tiempos en que uno iba al monte con piolet de travesía, al subir o bajar por la norte del Espigüete, me llamaba poderosamente la atención una vertical y elegante gulot que alcanzaba las proximidades de la cima Este.

Después de varias escaladas exigentes apetece disfrutar de otras en las que haya que apretar menos, alpinismo más relajado, sin horarios ajustados, sin bajadas comprometidas y sin el estrés de los itinerarios de aventura.

Hoy es un día de esos, Dani y yo hemos madrugado para ser los primeros en entrar en la vía, la meteo es óptima y unas condiciones excelentes contribuyen a incrementar ese disfrute.

Vista de la gulot.

La Goulotte Norte del Espigüete nos recibe con sus mejores galas mientras hacemos la reunión inicial con dos tótems en su base.

L1: 60 m/3
Gulot de nieve muy dura interrumpida por dos resaltes cortos de buen hielo a 70°. Protección con tornillos. Reunión con tornillo, clavo y el tótem amarillo.

L1.

L1.

L2: 55 m/3
Gulot como la anterior que acaba en otro corto resalte de hielo a 70°. Protección con clavo y tornillos. Reunión con dos tótems en una roca emergente.

L2.

L3: 60 m/65°
Elegimos una variante más a la derecha de la habitual, corredor a 65° que desemboca muy cerca de la cumbre Este. Protección con un tótem, reunión con el cuerpo al otro lado de la arista.

L3.


Nos recibe el tibio sol de la cumbre Este donde recogemos el material mientras admiramos las vistas. 

Arista.

Tras recorrer un tramo de bonita arista bajamos por la Norte que está muy dura y con huella hasta que, a la altura de la Sima del Anillo, nos quitamos los crampones. Bajada plácida por el valle entre los senderistas que van a la Cascada de Mazobre y llegada a Pinollano a la hora de comer, como Dios manda, y que nos recuerda a aquel monte de piolet de travesía, bocata de tortilla y tarde de siesta.

sábado, 15 de febrero de 2020

Apertura. "El Ojal". (V/4). Curavacas. Febrero 2020.



La pared derecha del gran anfiteatro de la Norte del Curavacas, hasta hace unos días, solo tenía una línea escalable referenciada, "Los Faquires", cuando el pasado día dos de enero estuvimos escalándola, otras dos, más estéticas y evidentes que ella, llamaron mi atención, la del centro, "Horizonte de Sucesos", la abrimos Tente y yo hace unas semanas, la de la izquierda es hoy nuestro objetivo.

La he estudiado detenidamente a partir de fotografías, las últimas me las han enviado Germán de la Puente y Ángel Villán hace sólo dos días. La travesía inicial aún mantiene el estrecho paso blanco que la hace factible, y la atrevida goulotte, a la que se accede tras ella, se ve con continuidad en hielo.

Comienza nuestra aventura tras remontar la empinada pala que lleva a la reunión inicial, que hacemos con dos tótems, y que es común con la de "Los Faquires" y "Horizonte de Sucesos".

L1: 50 m/60°
Travesía ascendente hacia la izquierda por una banda nevada de unos 60 grados de inclinación. Terreno delicado y muy expuesto. Arturo protege en roca por arriba y descubre un agujero en forma de ojal que le permite salvar el último contrafuerte. Es tan estrecho que requiere quitarse la mochila para atravesarlo. Por él se accede al inicio de la ansiada gulot. Reunión a su izquierda lazando un bloque.

L1.

L1.

El Ojal.

L2: 50 m/4
Estética goulotte que va estrechándose y ganando inclinación hasta acabar en 8 metros a 85°. Muy mantenida en sus más de 30 metros. Pasado el terreno vertical se llega a un nevero a 65° por el que progreso hasta hacer reunión en una roca emergente con dos fisureros. Protejo con dos tótem y dos tornillos.

A por ello, al fondo el ojal. L2.

Gulot. L2

Arturo saliendo de la gulot. L2

L3: 50 m/3+.
El nevero se bifurca en dos corredores, el de la derecha está interrumpido por dos resaltes de unos 3 metros a 80°, Arturo progresa por él hasta hacer reunión con dos tótems en el muro que lo cierra. Protección con un tótem y un tornillo.

L3.

L3.

L4: 40 m/65°.
Por la izquierda un elegante corredor a 65° accede a la arista prácticamente sobre la cumbre Oeste. La nieve corcho, como en toda la vía, da una enorme seguridad y solo protejo con un tótem. Hago reunión con otros dos, y recupero a Arturo.


Inicio del L4.

Desde la reunión final. L4.

El fuerte viento de suroeste, del que estábamos protegidos, nos azota con fuerza mientras recogemos las cuerdas.

Contentos.

Rápidamente seguimos la arista hasta el Corredor de los Gránulos por el que, una vez más, realizamos el laborioso descenso destrepando. A la altura de la aguja del mismo nombre nos quitamos crampones y organizamos el material. Esta vez bajaremos por las pedreras que toman la dirección del Refugio del Postil de Soña, no sin antes batallar con una zona de brezos. Desde allí el cómodo camino que recorre el valle de Valdenievas nos llevará hasta Vidrieros.


Vamos comentando como las alejadas paredes heladas del circo norte ya tienen trazadas sus líneas lógicas tras este atípico invierno en el que, contra todo pronóstico, han estado vestidas con sus mejores galas blancas. También hablamos de lo providencial de ese túnel en la roca que nos ha permitido simplificar la travesía inicial pasando, cual botones por ojal, al otro lado de su último contrafuerte. Y con esa simple reflexión encontramos nombre para la vía.

viernes, 7 de febrero de 2020

Apertura. "Rompehielos". (V/4). Curavacas. Febrero 2020




Por quinto día en poco más de un mes, el amanecer me sorprende con la mirada puesta en el Curavacas. Yaco y yo progresamos por una nieve durísima en su cara norte, más que cara norte es un circo, a modo de anfiteatro, con dos paredes casi enfrentadas separadas por la brecha del Corredor del Portillo. A la derecha la que culmina en la cima Oeste, surcada por "Horizonte de Sucesos" (anterior entrada de este blog); y a la izquierda la pared que acaba en la Meseta Inclinada y la cima principal.

Nos dirigimos al centro de esta última, allí, entre verticales cascadas, discurre la "Vía Quebrada", una vía de roca que nos hace pensar en una posible progresión por su entorno en piolet tracción.

Aspecto general de la pared.

Por ahí va la vía.

La pared se presenta cubierta de hielo, el calor de las horas centrales del día ha formado sobre la nieve una capa de hielo cristal, ha verglaseado la roca y, entre ella, muchas cascadas sugieren varios itinerarios, luego veremos que algunas son columnas quebradizas imposibles de escalar, elegir bien entre ellas será la clave que nos guíe en nuestra progresión. Montamos la reunión inicial con un tornillo y nos metemos en faena.

L1: 40 m/3+
Cascada de 12 metros a 75° con hielo grueso pero muy estalladizo, termina en una sección de hielo a 60° con otro pequeño resalte a 75° hasta hacer reunión bajo una nueva cascada. Protección y reunión con tornillos.

L1.

L1.
L1.


Final L1.

Final L1.

L2: 40 m/4
La zona gruesa de la cascada es hielo cristal quebradizo así que se flanquea hacia la izquierda para enfilar hacia arriba por hielo más fino pero de mejor calidad, 8 metros a 80° conducen al inicio de un corredor en nieve dura y hielo que, con una pendiente entorno a los 60° permite ganar bastantes metros. Reunión a mitad del mismo con dos tornillos acortando el largo para evitar rozamientos. Protección con tornillos y un fisurero.

L2.

L2.

L2.

L2.

Final L2.

L3: 40 m/3
El corredor se convierte en una estrecha línea de hielo que pasa progresivamente de los 60° a los 70° con una evidente bifurcación en la que tomamos la rama derecha. Reunión bajo un muro de hielo con una marcada columna a su izquierda, que nuevamente, al igual que la protección, hacemos con tornillos.

Inicio L3.

L3.

L4: 50 m/3+
El muro de hielo que cierra el paso es un paño quebradizo y la marcada columna está formada por hielo cristal pulido y estriado. Decidimos buscar más a la derecha algo mejor. Protegiendo con tornillos se hace un flanqueo delicado y expuesto en hielo a 65°, al abrirse la visión y, con solo un tornillo ya en el arnés, descubro una cascada a 75° de unos 6 metros que sale a algo que parece nieve dura. Protejo con ese último tornillo, supero la cascada y avanzo por nieve corcho a 60° en busca de una banda rocosa donde hacer reunión. Logro emplazar precariamente un clavo y el tótem negro, refuerzo con los piolets clavados a cañón en hielo y recupero a Yaco.

L5: 50 m/3
Tras un primer resalte en hielo de 5 m a 70°, corredor de nieve dura y hielo con tendencia a la derecha por el que se gana la Meseta Inclinada. Reunión lazando una roca emergente, protección con tornillos.

Saliendo en el L5.

Saliendo en el L5.

Por fin el sol, la Meseta Inclinada está durísima, con una inclinación moderada, pero tremendamente expuesta, nos lleva hasta la salida de la Canal Sur, tras el flanqueo del contrafuerte rocoso, ganamos la cumbre por un corredor con nieve también muy dura y algo de hielo que da el castigo final a nuestros gemelos y punteras.

Últimos metros.

Muchas horas y un puntito de tensión hasta el abrazo del final.

Bajamos por La Llana sin perder la concentración pues está muy helada, y por fin, con las últimas luces del día, descendemos por el Callejo Grande donde, sorprendentemente, la nieve sigue estando dura. Volvemos a encender los frontales como hace unas cuantas horas, para llegar hasta Vidrieros, la luna, que quiere ser llena, junto con la neblina que se está echando, dan un aspecto mágico a estos últimos pasos. Mientras, la silueta del Curavacas, sutilmente iluminada, nos reclama una última mirada.

Los maltrechos pies nos recuerdan lo durísimo que estaba el hielo. "Rompehielos", no podía ser de otra manera, un nombre que nos transportará a las condiciones de la apertura de esta línea que, como me dice Tente Lagunilla, endereza la estival "Vía Quebrada". Discurren cercanas, en algún momento se cruzan, pero no comparten recorrido. Grandezas del invierno, con su disfraz de hielo que todo lo cambia.