Carlos en El Portillo |
Buscamos sin éxito la instalación para rapelar el corredor del mismo nombre, las flores de nieve ocultan la roca y nos es imposible encontrarla. No queda otra que destrepar, con resalte de 2 metros en hielo incluido.
La cara norte impone, está bastante cargada de nieve poco cohesionada y su perenne tono azulado preside la soledad absoluta que nos acompaña. Vemos la vía, está muy muy justita, nada que ver con el año pasado, y surgen dudas. Pero bueno, estamos aquí, tras la larguísima aproximación, y lo vamos a intentar. Reunión en la pared derecha con un tótem y a por ello.
L1: 30 m/4
Muy poco hielo y de pobre espesor en una cascada que se ha reducido a una mínima gulot. Se protege precariamente en roca hasta hacer reunión con un tótem y un puente de roca en una cueva a la izquierda.
L2: 30 m/4
Más hielo y más vertical, pero muy delicado y en el que hay que buscar mucho para emplazar un único tornillo. Alejes importantes (solo un tótem más) hasta llegar a una nueva cueva en la que hacer reunión con dos tótems en su techo.
L3: 30 m/4
Comienza con un fino paño de hielo casi vertical que se protege con un tótem en su inicio, nada más hasta meter un tornillo en una angosta chimenea por la que progresar. Flanqueo delicado a la izquierda hasta llegar a un nevero donde hacer reunión en el muro que lo cierra.
L4: 30 m/65°
Salida a la meseta inclinada por terreno fácil. Protección y reunión con tornillos que, ahora sí, por fin, permiten buenos emplazamientos.
Recogemos cuerdas y vamos hasta la salida de la Canal Sur donde organizamos el material. Después, alcanzamos la cumbre por la salida habitual hacia ella.
En la cima |
Cansados y contentos nos hacemos la foto de cima, se ha metido la nube y, como siempre aquí, el ambiente es increíble.
Nos queda bajar a toda pastilla por el Callejo Grande hablando de monte, de amigos comunes, de la vida y del amor.
Gran jornada y gran actividad. Está montaña nunca defrauda.
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