sábado, 15 de febrero de 2020

Apertura. "El Ojal". (V/4). Curavacas. Febrero 2020.



La pared derecha del gran anfiteatro de la Norte del Curavacas, hasta hace unos días, solo tenía una línea escalable referenciada, "Los Faquires", cuando el pasado día dos de enero estuvimos escalándola, otras dos, más estéticas y evidentes que ella, llamaron mi atención, la del centro, "Horizonte de Sucesos", la abrimos Tente y yo hace unas semanas, la de la izquierda es hoy nuestro objetivo.

La he estudiado detenidamente a partir de fotografías, las últimas me las han enviado Germán de la Puente y Ángel Villán hace sólo dos días. La travesía inicial aún mantiene el estrecho paso blanco que la hace factible, y la atrevida goulotte, a la que se accede tras ella, se ve con continuidad en hielo.

Comienza nuestra aventura tras remontar la empinada pala que lleva a la reunión inicial, que hacemos con dos tótems, y que es común con la de "Los Faquires" y "Horizonte de Sucesos".

L1: 50 m/60°
Travesía ascendente hacia la izquierda por una banda nevada de unos 60 grados de inclinación. Terreno delicado y muy expuesto. Arturo protege en roca por arriba y descubre un agujero en forma de ojal que le permite salvar el último contrafuerte. Es tan estrecho que requiere quitarse la mochila para atravesarlo. Por él se accede al inicio de la ansiada gulot. Reunión a su izquierda lazando un bloque.

L1.

L1.

El Ojal.

L2: 50 m/4
Estética goulotte que va estrechándose y ganando inclinación hasta acabar en 8 metros a 85°. Muy mantenida en sus más de 30 metros. Pasado el terreno vertical se llega a un nevero a 65° por el que progreso hasta hacer reunión en una roca emergente con dos fisureros. Protejo con dos tótem y dos tornillos.

A por ello, al fondo el ojal. L2.

Gulot. L2

Arturo saliendo de la gulot. L2

L3: 50 m/3+.
El nevero se bifurca en dos corredores, el de la derecha está interrumpido por dos resaltes de unos 3 metros a 80°, Arturo progresa por él hasta hacer reunión con dos tótems en el muro que lo cierra. Protección con un tótem y un tornillo.

L3.

L3.

L4: 40 m/65°.
Por la izquierda un elegante corredor a 65° accede a la arista prácticamente sobre la cumbre Oeste. La nieve corcho, como en toda la vía, da una enorme seguridad y solo protejo con un tótem. Hago reunión con otros dos, y recupero a Arturo.


Inicio del L4.

Desde la reunión final. L4.

El fuerte viento de suroeste, del que estábamos protegidos, nos azota con fuerza mientras recogemos las cuerdas.

Contentos.

Rápidamente seguimos la arista hasta el Corredor de los Gránulos por el que, una vez más, realizamos el laborioso descenso destrepando. A la altura de la aguja del mismo nombre nos quitamos crampones y organizamos el material. Esta vez bajaremos por las pedreras que toman la dirección del Refugio del Postil de Soña, no sin antes batallar con una zona de brezos. Desde allí el cómodo camino que recorre el valle de Valdenievas nos llevará hasta Vidrieros.


Vamos comentando como las alejadas paredes heladas del circo norte ya tienen trazadas sus líneas lógicas tras este atípico invierno en el que, contra todo pronóstico, han estado vestidas con sus mejores galas blancas. También hablamos de lo providencial de ese túnel en la roca que nos ha permitido simplificar la travesía inicial pasando, cual botones por ojal, al otro lado de su último contrafuerte. Y con esa simple reflexión encontramos nombre para la vía.

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