Gredos sepultado por la nieve. Una mínima ventana de buen tiempo. Un montón de ganas para salvar una aproximación muy exigente en nieve sin transformar. E instinto.
Instinto para presumir las buenísimas condiciones encontradas.
Noche de luna para progresar sobre un terreno que se hace irreconocible tapado por el manto blanco. Tras casi cuatro horas llegamos al objetivo del día, el Risco Negro, es abrir la vista a su cara norte y ver dibujada en ella una línea directa y lógica que solo puede estar diseñada por la naturaleza para ser escalada. Raúl ya la tenía fichada, pero nunca la había visto formada hasta este extremo.
Entrando a la vía. |
Comienza en una rampa de nieve a 70° que termina en un muro del que cuelga una pequeña cascada, de unos tres metros, a la que hay que alzarse con buena técnica de pies, superada, se accede a una corta gulot a 85° que desemboca en una nueva rampa de nieve a 70°. Reunión en la pared de la izquierda con dos fisureros pequeños y un clavo. Protección con friends.
Entrando al primer largo. |
L2. 60 m./3
Continúa la rampa de nieve a 70° hasta un techo que se supera por su derecha escalando una placa cubierta de buen hielo. Seguidamente el largo alterna rampas de nieve corcho con pequeños resaltes en hielo. Protección con friends y reunión encintando alguno de los bloques cimeros. 60 metros.
Acabando el segundo largo. |
Raúl me recibe en la última reunión con la frase:" ¿Un café?" y la taza caliente en la mano, todo un lujo saboreado ya al sol. Unos pasos hasta la cima y acometemos el descenso, destrepamos con cuidado por la cara este hasta donde habíamos dejado el equipo de aproximación, e iniciamos la vuelta hacia la plataforma, de nuevo bastante sacrificada.
Gran día con un gran amigo y el mejor maestro.
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