jueves, 2 de enero de 2020

"Los Faquires". (V/3+). Curavacas. Enero 2020



Foto de la guía del Curavacas y Espigüete de Tente Lagunilla.

A la cara norte del Curavacas es complicado acceder, la sensación de estar en un oasis de soledad es total, es una norte sombría, de esas en las que el invierno da una tonalidad azul a las paredes de roca y hielo.

Es 2 de enero y allí estamos Arturo y yo. El silencio es total y tentadoras líneas blancas surcan las paredes. Entre ellas hay una con un nombre lleno de historia , "Los Faquires", aquella valiente cordada protagonista de una tragedia que se convirtió en leyenda.

Aspecto general de la vía.

Con ese objetivo hemos venido y a los pies de la cascada del primer largo nos colgamos todo del arnés y sacamos la cuerda.

L1: 50 m/3+
Cascada de 20 metros a 80°, muy buen hielo para progresar y proteger, termina en una campa a 40° por la que se avanzan metros hasta hacer reunión en una roca.

Cascada del L1.

L2: 60 m/55°
La campa va ganando pendiente hasta la proximidad de la pared, sin proteger avanzamos hasta hacer reunión en ella con tótems.

L3: 30 m/60°
Se avanza en diagonal hacia la izquierda por nieve dura hasta hacer reunión a la entrada de la goulotte en la que acaba la campa. Reunión como la anterior. Tampoco protegemos.

L4: 45 m/3+
Primeros 30 metros bastante mantenidos a 75° con resaltes cortos de 80°. Hielo blanco muy bonito para progresar. Salida a corredor a 55°. Protección y reunión a la izquierda con tótems.

L3.

L3.

L3.

L3.

L5: 50 m/55°
Se avanza por un corredor muy cargado de nieve que termina en un hombro. Ensamble.

L6: 30 m/travesía
Travesía expuesta hacia la derecha, aseguramos con el cuerpo en el hombro y protección en roca, como la siguiente reunión.

Travesía.

Corredor final.

L7: 50 m/60°
Corredor muy cargado que termina en la arista, ligeramente al oeste de la cima Oeste del Curavacas. Protección con tornillo y reunión al otro lado de la arista.

L7.

Vía muy alpina en un entorno de compromiso, nos ha satisfecho plenamente. Pero no hemos terminado los deberes, nos queda un descenso que no va a regalar nada.

Estamos frente al Corredor de los Gránulos y nos decidimos por él para afrontarlo. Nieve muy dura y hielo, toca destrepar muchos metros de cara a la pared, primero un resalte y luego un bloque empotrado, que pasamos por debajo, no nos permiten relajarnos.

Llegando a la base del corredor.

Por fin salimos del corredor, nos quitamos crampones, guardamos el material e iniciamos un largo flanqueo por toda la cara sur de la montaña hasta llegar a la pedrera de la subida normal.

Un último paseo hasta el coche, ya con las últimas luces de la tarde y por el fondo del valle, sirve para terminar esta bonita jornada de alpinismo en la que hemos disfrutado de una escalada en un entorno que da la sensación de estar totalmente aislado del resto del mundo.


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