Los Gutres, paredones verticales que caen a plomo sobre Cinco Lagunas mirando casi siempre al norte, de esos que te hacen sentir muy pequeño cuando estás en su base. Y estar en su base lleva implícito tener alguna de las cinco lagunas heladas varios centenares de metros más abajo, observándote tras amenazantes pendientes.
Raúl ve la línea, yo solo la intuyo. Él, cazador de hielo por naturaleza, sabe que éste se esconde en sutiles líneas donde, desde abajo, solo se ve roca. Y así va a ser. 150 metros bajo la vertical de la cima del Gutre mayor iniciamos la batalla.
L1: 60 m. 3+R/M5+
Tras unos metros en mixto se alcanza una mantenida gulot. Antes de que finalice, se busca una delgadísima vira ascendente, con tendencia a la derecha y con hielo para los pies pero, salvo alguna placa aislada, sin él para las manos. Se avanza con difícil protección hasta alcanzar otra estrecha gulot que gana metros de manera audaz y elegante. Protección y reunión en roca.
L1 inicio |
L1 |
L1 |
L1 final |
L1 final |
L2: 40 m. 3+/M5
Desde la reunión se sale a una fisura cubierta de hielo que surca en diagonal la pared, una vez apurada, con un paso lateral atlético, se alcanza una nueva gulot por la que progresar hasta hacer reunión. Protección y reunión en roca.
L3: 50 m. 3/M3
Continúa la gulot, al principio ensanchándose y luego estrechándose hasta cerrarse en los bloques cimeros a los que encaramarse en unos pasos de mixto. Protección en roca, reunión en los bloques cimeros.
Quizás la última línea que quedaba por dibujar en esta pared, de trazo audaz y certero y, hoy, con el hielo justo y necesario para traccionar sutilmente de piolets.
La vuelta al valle, ya inmerso en la primavera, nos sirve para repasar la historia del alpinismo gredense, épocas, nombres, estilos, y siempre el denominador común de una sierra que esconde paredes inimaginables para muchos y en las que sólo unos pocos audaces han sido capaces de aventurarse.
La línea con mucha nieve |
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