viernes, 20 de mayo de 2016

"Goulotte Quintana". (IV/3, M3). Taillón. Mayo 2016


Finales de mayo, una inusual cantidad de nieve en altura en el Pirineo, un día previsiblemente soleado y frío y una foto de la zona vista en la red. Está claro, mañana nos vamos a la Quintana. Estas cosas hay que planificarlas así de rápido. Más aún cuando la idea era haber ido a Gredos hasta que, en el último momento, las condiciones y el calor allí reinante lo desaconsejaron.
Viajamos Martín y yo a Gavarnie, noche breve y a ello. A las cinco menos cuarto, y con la luna llena iluminando nuestros pasos, iniciamos la aproximación.

Primeras luces.

Amanece cerca del puerto de Bujaruelo, estamos frente al murallón de la Norte del Taillón que se muestra en su aspecto más invernal.

Pala de aproximación.

En breve enfilamos la fuerte pendiente que nos lleva al glaciar de Gabietos. Mucha nieve y poca huella endurecen la subida pero ver la pared Oeste con sus goulottes en condiciones óptimas nos da alas.

Sobre el glaciar, al fondo la vía.

A las 8 estamos a pie de vía, a unos 2800 metros de altitud, nos equipamos con rapidez y al lío. Hacemos un larguito en ensamble con un tornillo intermedio para llegar al inicio de las dificultades.

Ensamble inicial.

Estamos ante una preciosa cascada de hielo que muestra unas condiciones inmejorables. La R0 se monta sobre dos clavos viejos, los únicos que veremos en toda la escalada, que reforzamos con un friend.

Reunión cero.

Martín divide la cascada en dos largos asegurados con tres tornillos cada uno. Se disfrutan a tope, unos 75°,  hielo óptimo en grosor y calidad, temperatura negativa pero sin exceso de frío, y un ambiente extraordinario. Está claro, hoy hemos acertado. La reunión intermedia y la final de la cascada se montan triangulando friends y tornillos.

A por ello.

Cascada superada.

Salimos a un corredor de nieve a unos 50°-55° que dividimos en tres largos montando la primera reunión con dos tornillos en un afloramiento de hielo, la segunda con un friend en la roca que lo delimita por su izquierda, y la tercera, con un piolet en T, pues la nieve da la confianza suficiente para poder hacerlo así. Estamos a mitad de la pared, con un ambientazo alpino de libro.

Primera parte del corredor intermedio.

Reunión en hielo.

Reunión con friend.

Llegando a reunión.

Reunión con piolet.

Parte alta del corredor intermedio.


El siguiente largo es un mixto sin grandes dificultades pero algo delicado de proteger.

Mixto previo al resalte.


Saliendo del mixto.

Nos lleva al pie de la que parece ser la última dificultad, se monta reunión con una cinta lazando una roca y un friend. Creemos que, apurando las cuerdas, en el largo siguiente alcanzaremos la arista.
Una rampa de nieve conduce a la base de un duro resalte, son unos tres metros muy verticales que se inician con los crampones en roca pero con buen hielo arriba para traccionar de piolets, cuando los pies llegan a ese hielo, se pincha por encima en nieve dura y con un par de pasos atléticos y aéreos se sale a la pala final. Un tornillo y un friend le han bastado a Martín para asegurar el tramo.

Resalte final.

Martín dándole.

En la pala, una roca emergente permite pasar una cinta y así proteger una expuesta travesía hacia la derecha que ayuda a encarar de modo directo hacia la parte de la arista que tiene menos cornisa. Es una gozada salir a ella y al sol.
Son las 12, tras cuatro horas de escalada contemplamos una de las mejores vistas de un Pirineo rebosante de nieve. Se está de maravilla y comemos algo tranquilamente.



Tremendo aspecto de la zona.

Toca bajar.

Pronto afrontamos la bajada, al principio por la arista y luego flanqueando, la cara sur en primer lugar, y después la norte; algunos tramos son delicados y destrepamos de cara a la pared.
Finalmente llegamos a nuestra huella de subida, y por ella al glaciar.

Saliendo del glaciar.

Nos queda bajar hasta el coche en animada charla, a las tres y cuarto, y tras 10 horas y media de montaña sin ver a nadie, estamos organizando el material satisfechos por este gran día de escalada invernal casi en verano.

Enlace a descripción de esta misma vía otra temporada:

domingo, 1 de mayo de 2016

"El Hortelano". (III/3+). Torre Salinas. Mayo 2016


Fernando, conocedor como nadie de las condiciones del hielo de Picos, me propone esta vía tras verla de cerca hace un par de días. Es una vía muy poco repetida desde su apertura, una o dos veces creemos, quizás por estar a la sombra de su paralela Chimenea Norte, quizás por sus no siempre buenas condiciones o tal vez porque su acceso y visión no son fáciles. El caso es que es una línea definida y elegante que surca la pared de modo muy directo hasta la arista, no menos espectacular que otras grandes clásicas del macizo.
Son las 5 y media cuando empezamos a andar, la noche es ideal, fría y estrellada, de las que dan buenas vibraciones. Poco después nos ponemos los crampones y remontamos la canal de Pedabejo, justo sobre ella, el amanecer ilumina de forma mágica la Vega de Liordes. A las 7 nos equipamos mientras admiramos la vía, el viento entra ahora fuerte y con rapidez nos situamos al inicio de la escalada.
Hacemos un primer largo en ensamble con seguros intermedios sobre una rampa de nieve dura a unos 50° y con tendencia hacia la izquierda para montar reunión con dos friends al inicio de las dificultades. Un clavo viejo, muy viejo, en su parte media, será lo único que encontremos, junto con otro de su misma quinta, en toda la línea.

Primera reunión. Asoma Lorenzo.

El siguiente largo, que despliega los 60 metros de cuerda se desarrolla sobre una rampa de hielo progresivamente más estrecha e inclinada que, a la par de altura, gana ambiente, surcando de modo elegante la pared.  Se asegura con tornillos y termina al pie de una goulotte que promete, se hace reunión a su derecha con dos friends y el mencionado segundo clavo viejo.

Segundo largo.

Un poco más arriba.

Estamos ante el pasaje más vertical de la vía, 80°de media, aunque con algún respiro, casi todo él con buen hielo para progresar aunque algo menos bueno para asegurar, el primer tornillo que mete Fernando entra a fuego pero los dos siguientes llorando un poco, el escalón final es el más vertical, 85°, y el de hielo más flojo, aquí los pies dan poca confianza y hay que darlo todo con los piolets. Tras superarlo una campa de hielo más tumbada lleva a la reunión montada con un clavo nuestro y dos friends.

Tercer largo desde abajo.

Su inicio.

Mirada hacia abajo.

Y hacia arriba.

En lo más pindio.

Superado.

Aquí ya relaja la cosa.

Llegando a la reunión.

El cuarto largo es estético y de los que se disfrutan, continúa la estrecha goulotte con muy buen hielo y una un inclinación en torno a los 60°-70°, se protege bien con tornillos y tras apurar de nuevo la totalidad de la cuerda se hace reunión en roca y ya al sol con un fisurero, un friend y un clavo.

A por el cuarto.

Más arriba.

Otro paso.

Superado.

Salimos de la goulotte y afrontamos como quinto largo una campa de nieve a 60° colgada entre dos espolones. El sol ataca a la nieve pero ésta se resiste en su dureza, es una zona aérea y muy alpina, soledad absoluta, altura y nada puesto en la pared, contribuyen a realzar esa sensación. Pocos seguros pueden ponerse, tan solo un par de friends en las escasas rocas emergentes. Se hace reunión de nuevo con el trio fisu, friend y clavo.


Sol, luz y altura.

Tirando de gemelos.

Casi en la reunión.

El último largo comienza con una delicada travesía hacia la izquierda en mixto, la nieve aquí da poca confianza y es necesario ganchear con los piolets en la roca que delimita por encima nuestros pasos, se accede así a un pequeño corredor, ya con mejor nieve, que se va estrechando hasta acabar en una nueva goulotte de anchura mínima, la justa para poder pasar, que termina en la arista. Tan sólo un friend permite asegurarla en su comienzo. La salida es espectacular,  y ya sobre el espolón, se accede a una cómoda reunión que se monta con 2 friends y un fisurero.

Mixto de salida.

Goulotte final.

Salida.

Fin de las dificultades.

Nos queda recorrer la aérea arista hasta la cima, las vistas son espectaculares sobre el Valle de Valdeón, 1500 metros más abajo a la izquierda, y la Vega de Liordes a la derecha.

Cima.

La escalada nos ha llevado 4 horas de vía más media de arista, son las 11 y media, comemos algo y bajamos por la normal antes de que la nieve se reblandezca, de ese modo a la una y media estamos en el coche. Ocho intensas y divertidas horas con la compañía perfecta.

Destrepando la normal.